Los operarios debieron de pensar el pasado viernes que el fuerte viento que sopla habitualmente sobre la Alcazaba de Almería podría echar abajo el escenario, las gradas y los aparatos de iluminación para los espectáculos de las jornadas de teatro del Siglo de Oro que se van a celebrar en este monumento los próximos días. De ahí que, ni cortos ni perezosos, y sin ningún arqueólogo o técnico que controlase su trabajo, los operarios de la empresa encargada de instalar el escenario apostaron por taladrar las murallas y paredes del siglo XV del Patio de Armas, situado en el tercer recinto de la Alcazaba, para sujetar con firmeza la estructura.
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