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Aportaciones de la petrología aplicada a la conservación del patrimonio

general

Boletín Julio 2019
Cristina Marín Chaves, petróloga.
METOPA, Metodologías para el Patrimonio, SLU

La conservación y la restauración del Patrimonio deben implicar a equipos interdisciplinares, en los que la colaboración e interacción entre profesionales aporte un conocimiento global del objeto, su estado de conservación, factores de deterioro y soluciones para una intervención adecuada. Cuando se trata de un bien de naturaleza pétrea, se hace cada vez más imprescindible la colaboración de un (o una) especialista en Petrología. En ocasiones, y es verídico, nos hemos encontrado con areniscas tipo litoarenitas carbonatadas descritas, a través de tan solo un análisis químico, como calizas con un alto contenido en terrígenos, es decir, justo lo contrario de lo que eran. Ello tenía múltiples consecuencias, tanto en los cálculos de resistencia mecánica como de porosidad, comportamiento hídrico y alterabilidad. El estudio petrográfico y petrofísico de esas mismas rocas, permitió delimitar todos esos parámetros e intervenir de manera eficaz, aportando las soluciones más adecuadas al principal problema, que precisamente era la misma piedra.

La intervención del geólogo/petrólogo se plantea desde la fase de redacción del proyecto hasta la de conservación preventiva. En muchas ocasiones hemos participado en la redacción del Plan Director o de estudio previo al proyecto. En esta fase se reconocen los materiales existentes (distintos tipos de piedras, ladrillos o morteros asociados a diferentes momentos de construcción o restauración), cartografiándolos y ubicándolos siempre que sea posible, y reconociendo y cartografiando también su estado de conservación. Se estudia además el entorno geológico e hidrogeológico para establecer las posibles interacciones entre estos y el objeto, y se buscan canteras de procedencia (normalmente agotadas o fuera de explotación) y sustitutas, de piedra compatible con la original. En función de las directrices dadas en esos documentos se van adoptando las medidas más eficaces durante el periodo de ejecución.

En este periodo sigue siendo de gran valor la intervención del petrólogo. Es habitual que hasta que no se pone el andamio no se tiene una idea exacta del problema existente, y hemos colaborado estrechamente con la Dirección Facultativa, como asistencia técnica, en buscar las soluciones individualizadas que mejor se adaptaran a los problemas encontrados, a veces sillar a sillar, permitiendo su correcto cubicaje (por ejemplo, en casos de pérdida de relieve, decidir entre consolidación, mortero de restauración o sustitución de piedra en paramentos; tipos de limpieza en función de presencia y tipos de pátinas históricas o de suciedad o conocimiento de la composición y solubilidad de la combinación de sales existentes de cara a su extracción y eliminación de sus causas).

También es importante durante las obras la selección de cortes y bloques y el control de calidad de la piedra de sustitución en cantera, para evitar defectos como cantos blandos, laminaciones lutíticas, grietas o “pelos”, estilolitos, etc., que puedan acelerar el deterioro de las piezas repuestas. Este control de calidad se realiza también incluso con los propios productos de restauración, comprobando siempre que las formulaciones elegidas son compatibles y adecuadas a la piedra, en función no solo de su composición, sino también del sustrato (presencia de sales), climatología (heladas, variaciones térmicas extremas, alta humedad relativa) entorno (contaminación ambiental, aerosoles marinos) y posición y orientación (partes bajas sometidas a humedad capilar o altas con riesgo de filtraciones, existencia de jardines cercanos, orientación sur con mayor tendencia a evaporación o norte con proliferación de colonización vegetal, etc.).

Por último, dentro de las estrategias de conservación preventiva, la inspección técnica por parte de un petrólogo, así como la formación a los encargados de mantenimiento, aporta un punto de vista más especializado que permite conocer con suficiente antelación cualquier señal de alarma que pueda condicionar la conservación del objeto.

En definitiva, dada la experiencia e importancia del estudio de los materiales pétreos desde el punto de vista geológico consideramos que debería ser preceptiva y no solo recomendable o, incluso a elección de la dirección de las obras de restauración del objeto, la participación de un geólogo especialista en petrología en todas las fases de obra descritas, independientemente de que sea edificio, retablo o portada en piedra, o escultura.

Fotografías del archivo METOPA:

Instrucciones en obra en presencia del encargado de obra, aparejador (quien toma la foto) y arquitecto. Iglesia de Leciñena (Zaragoza).

 

Selección de bloques de caliza en cantera, marcando los cortes óptimos

Vista al microscopio óptico de una costra negra afectando a una arenisca con crecimiento de cristales de yeso en empalizada.

Estudio hídrico y de envejecimiento acelerado de probetas de arenisca de Villamayor y morteros de restauración.

Aspecto al microscopio electrónico de una muestra de arenisca consolidada con nanopartículas de éster de sílice.

Control de hidrofugación con tubo kársten como medida de conservación preventiva.