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BOLETÍN GEIIC FEBRERO 2023

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Guía para el salvamento de fotografías tras una inundación
Laura Corvasí Zafrilla (Miembro del grupo de Conservación de Fotografía del GE-IIC)

A diferencia de otros conjuntos patrimoniales, el fotográfico ha crecido y crece sin límite desde su aparición en el siglo XIX. Producido en sus inicios únicamente por aquellos profesionales o artistas que tuvieron acceso a la tecnología fotográfica, hoy, dada la infinita accesibilidad al medio, sería difícil calcular el número de personas que fotografía cada día en el mundo. El patrimonio fotográfico existe, probablemente, en cualquier lugar habitado por un ser humano y no solo está custodiado por instituciones públicas. Especialmente desde el nacimiento de la fotografía amateur, esta custodia recae en los propios productores de las imágenes: sus autores, que atesoran álbumes y fotografías en sus propias casas. Este patrimonio es y será siempre de enorme valor sentimental para quien lo posee, pero también para la sociedad, que necesita las imágenes para volver a su pasado y conocer lo que fuimos y en qué nos estamos convirtiendo.

Como profesionales de la conservación de patrimonio fotográfico no debemos perder de vista dónde se encuentra ese patrimonio que queremos proteger. No debemos olvidar que hay un patrimonio fotográfico más allá de los nombres propios y que normalmente carece de materiales de guarda con pH neutro, condiciones ambientales óptimas o protocolos de actuación en caso de emergencia.

El pasado 11 de diciembre, la borrasca Efraín entró en la península desde la costa oeste de Portugal, surgiendo gravemente a localidades de diversas regiones, especialmente en el oeste de Andalucía, Castilla y León y Extremadura. La lluvia causando inundaciones destrozando casas y arruinando parte de la cosecha de muchos agricultores. 

Soy extremeña. Nací en Badajoz y algunas de las poblaciones más afectadas por esta borrasca están a menos de 30 km de mi ciudad. Al ver las imágenes del interior de casas destrozadas por las inundaciones, pensé inmediatamente en las fotografías que estas personas habrían perdido. Cuando una familia pierde su hogar o la fuente de su sustento económico, un álbum fotográfico podría, aparentemente, no ocupar el centro de sus preocupaciones. Sin embargo, rescatar estas imágenes puede representar, en muchas ocasiones, la esperanza de recuperar lo que hemos sido en el pasado. Saber que no todo este pasado se ha ido con el agua.

Pensé que mi conocimiento podría ayudar a minimizar el impacto de estas inundaciones sobre la pérdida de este patrimonio y un impulso me llevó a escribir y diseñar una “Guía de salvamento de fotografías tras una inundación”. Una guía sencilla que recoge los pasos fundamentales para el rescate, fácil de consultar en la pantalla del móvil y fácil de compartir a través de aplicaciones de mensajería instantánea, para de esta forma llegar a más personas, objetivo principal de este tipo de publicaciones. El mismo día envié el documento a todos mis contactos y medios de comunicación en la zona y fue compartido en redes sociales y otras plataformas.

Elaborar esta guía no hubiera sido posible sin los comentarios de mis compañeras: Cristina Martínez Sancho, Virginia Morant y Rosina Herrera, con las que consultaron los detalles del contenido. Tampoco sin la inspiración de personas como Debbie Hess Norris, de quien tuve la suerte de aprender sobre situaciones de emergencia y patrimonio fotográfico durante un taller en 2019 en The Institute of Conservation (ICON, Londres).

La guia puede consultarse aqui:

https://drive.google.com/file/d/17Av2kasrjG_hUvQyOY5X4PygxvZAWMrC/view?usp=sharing