
El pasado 30 de mayo de 2025 tuvo lugar la ceremonia de entrega de premios Reserva y Crianza 2024 del GEIIC en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla aprovechando la celebración de las IV Jornadas Patrimonio Cultural y Derechos Humanos.
En esta edición los premios han sido otorgados a dos Científicas del Patrimonio, químicas de formación que han construido su trayectoria profesional desde la investigación, la docencia universitaria y la pasión por compartir conocimiento al servicio del Patrimonio Cultural, aunando ciencia y arte como dos disciplinas que se complementan y enriquecen mutuamente.
Figura 1. Premio Reserva GEIIC (Margarita San Andrés Moya) y Premio Crianza GEIIC (Ruth Chércoles Asensio)
La ciencia es un punto clave para conservar el Patrimonio Cultural, aporta herramientas, métodos y conocimientos técnicos que facilitan su estudio, preservación y restauración. Gracias a su aplicación, no solo se protege el pasado, sino que se garantiza que las futuras generaciones puedan disfrutar, aprender y valorar el legado cultural. Preservar la identidad cultural es proteger nuestra historia y construir un futuro con memoria.
Esta mirada interdisciplinar no solo enriquece a los profesionales del patrimonio, sino que es primordial para enfrentar los retos que supone abordar su salvaguarda.
La ciencia y la tecnología permitirán analizar materiales para conocer su composición, sus propiedades fisicoquímicas y su comportamiento a largo plazo, algo esencial para poder trazar un buen plan de conservación y restauración. Además, será una pieza fundamental en el diagnóstico del deterioro para poder realizar una buena identificación de procesos de degradación.
Figura 2. Muestras de materiales poliméricos en una cámara de envejecimiento acelerado ArcXenon (envejecimiento con control de la radiación). LabMat. Facultad de Bellas Artes. UCM
Los conocimientos científicos podrán aplicarse para prevenir daños futuros, ayudando en la elaboración de planes de control y mantenimiento, siendo esencial en la conservación preventiva.
La ciencia también aporta el desarrollo de técnicas de restauración permitiendo el diseño de métodos seguros y eficaces para conservar, restaurar, documentar y digitalizar sin alterar los bienes patrimoniales asegurando los principios básicos de restauración.
La conexión entre estas dos disciplinas se pone de manifiesto en la sociedad, tanto en las etapas de formación de las/os profesionales de la conservación-restauración donde existen asignaturas específicas de fundamentos de física, química, geología y biología y de ciencia aplicada al patrimonio, como en la existencia de laboratorios y departamentos específicos ubicados en universidades, institutos de investigación, museos, centros de arte y centros de restauración donde la ciencia aborda funciones de investigación, conservación, formación y divulgación.
Figura 3. Laboratorio de Materiales de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid (LabMat). Laboratorio de ciencia aplicada al patrimonio.
Estos laboratorios son espacios altamente especializados que dan apoyo a la restauración y conservación preventiva, participando en la investigación científica del patrimonio, el estudio de materiales, técnicas de manufactura, procesos de deterioro y análisis de autenticación y procedencia, que ayudan a determinar si una obra es original o una falsificación.
En lo que se refiere a los espacios expositivos, los laboratorios son capaces de dotar de datos científicos que ayudan a contextualizar las piezas en exhibiciones y desarrollar soportes tecnológicos como modelos 3D, simulaciones o reconstrucciones virtuales, así como procesos de control de la calidad de los materiales utilizados en el ámbito de la conservación y restauración.
Figura 4. Impresión 3D mediante Fused Deposition Modelling (FDM) de una reconstrucción de trompeta numantina obtenida a partir de la pieza 1090/53-bis/1 conservada en el Museo Arqueológico Nacional
Por último, las autoras agradecemos al GE-IIC este premio que nos anima a seguir trabajando con la misma dedicación, fomentando la colaboración entre disciplinas, y contribuyendo, desde la ciencia y la docencia universitaria, a la conservación del patrimonio que nos une.