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Boletín 29 de Octubre 2025 DANA

Boletín GE-IIC SALVEM LES FOTOS_ UPV_ VALENCIA 2025
Un año después: balance de un proyecto de conservación y transferencia social
Salvem les fotos UPV/Recuperar las memorias
Esther Nebot Díaz
Mª Pilar Soriano Sancho
Dpto. Conservación y Restauración de Bienes Culturales
Instituto Universitario de Restauración del Patrimonio
UNIVERSITAT POLITÈCNICA DE VALÈNCIA

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Han pasado ya más de doce meses desde que las inundaciones torrenciales provocadas por la DANA del 29 de octubre de 2024 devastaron más de 100 localidades limítrofes a la ciudad de Valencia. En medio del desastre, entre barro, agua y pérdidas irreparables, emergió un movimiento de resiliencia que se transformó en el proyecto Salvem les fotos UPV / Recuperar las memorias, impulsado desde la Universitat Politècnica de València (UPV). 

Hoy, después de un año de recuperación de fotografías, nos encontramos en el tramo final de las devoluciones a las cuatrocientas familias que depositaron su confianza, sus recuerdos y memorias familiares, en manos de estudiantes, egresados, investigadores, profesores y personal de la UPV. Este es, por tanto, un momento idóneo para detenernos y reflexionar sobre lo que ha supuesto esta experiencia en términos de transferencia a la sociedad y aprendizajes colectivos.

 

Figura 1. Salvem les fotos UPV/Recuperar las memorias

El proyecto ha sido, ante todo, un ejemplo de cómo la universidad pública y la colaboración de fundaciones, entidades bancarias, empresas, ONGs, particulares, y otras participaciones desinteresadas, entre las que destacamos la colaboración activa y apoyo continuo del GEIIC, puede convertirse en un agente de acción directa en la vida de la ciudadanía. La Facultad de Bellas Artes y el Instituto Universitario de Restauración del Patrimonio (IRP), con la implicación del Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, de la UPV, han movilizado conocimientos, recursos materiales y humanos para atender una emergencia cultural sin precedentes.

No se ha tratado solo de salvar objetos materiales, sino de rescatar fragmentos de memoria, identidad y vínculos familiares. El patrimonio afectado no se encontraba en museos ni archivos oficiales, sino en cajones, marcos y álbumes domésticos. Su valor residía en la intimidad y en la capacidad de conectar generaciones, reforzando la idea de que la conservación también puede y debe actuar en los espacios privados cuando el riesgo amenaza con borrar esas memorias silenciosas.

Figura 2. Salvem les fotos UPV/Recuperar las memorias

La transferencia se concretó en múltiples planos: protocolos de intervención propios generados y aplicados en un contexto real, un laboratorio de emergencia que actuó según la necesidad y demanda de la sociedad y, sobre todo, una devolución tangible a las familias damnificadas, que hoy pueden recuperar imágenes que podían haberse perdido para siempre.

En el terreno técnico, miles de fotografías fueron estabilizadas, limpiadas, desinfectadas, digitalizadas y devueltas a sus familias. El proyecto ha enfrentado retos como la separación de fotografías fusionadas en bloque, el tratamiento de imágenes enmarcadas adheridas al vidrio, la desinfección de materiales invadidos por afección fúngica y la reconstrucción de álbumes fragmentados. Cada procedimiento ha requerido conocimientos especializados y el rigor metodológico presente siempre en la disciplina de la conservación y restauración.

Pero quizás el mayor logro va más allá de lo técnico. Cada entrega a las familias se convirtió en un momento de enorme intensidad emocional. Al devolver un álbum reconstituido, lo que se devolvía era también la continuidad de un relato familiar, la posibilidad de seguir transmitiendo historias y afectos a las nuevas generaciones. Las lágrimas, los abrazos y la gratitud compartida han sido la cara más humana de este proyecto, y la que mejor ilustra cómo la conservación no se limita a lo material, sino que es también un ejercicio de reparación simbólica y de acompañamiento.

El proyecto ha sido también un ejercicio de resiliencia colectiva. Para las familias afectadas, ha significado reencontrarse con sus recuerdos en un momento de gran fragilidad. Para los estudiantes, exalumnos, voluntarios y todos los participantes del proyecto, ha supuesto afrontar de forma directa lo que implica la práctica profesional en situaciones de crisis. Y para el equipo docente, investigador y técnico, fue una oportunidad de reafirmar el valor social de la profesión del conservador-restaurador.

Los estudiantes en prácticas han vivido una experiencia irrepetible, ya que han podido constatar el impacto social de su futura profesión. Han comprendido que conservar no es únicamente ejecutar técnicas con precisión, sino también asumir la responsabilidad ética de custodiar aquello que da sentido a la vida de las personas. El laboratorio se ha transformado en un espacio vivo de compromiso, y la formación se ha convertido en un ejercicio de transferencia. 

Figura 3. Salvem les fotos UPV/Recuperar las memorias

Con esta actuación surgida desde la emergencia, se ha puesto también sobre la mesa la situación actual de la profesión. La conservación y restauración, se ha revelado aquí como una profesión esencial, y en concreto en este caso, la conservación de fotografía. Donde se demuestra que la fragilidad de los materiales, y la complejidad de los procedimientos técnicos, requieren un nivel de especialización que solo los profesionales titulados en Conservación y Restauración pueden garantizar. Esta experiencia refuerza la necesidad de reivindicar que solo los restauradores formados específicamente, con títulos homologados y reconocidos, deben intervenir el patrimonio cultural. La improvisación, la intervención de aficionados con buenas intenciones o la confusión con profesiones afines puede provocar daños irreversibles.

Ahora que nos acercamos al final del proyecto de la UPV, con la mayoría de las devoluciones realizadas, nos queda la convicción de que la conservación y la restauración puede y debe tener un papel proactivo en situaciones de crisis. Queda la certeza de que el patrimonio íntimo, el que se guarda en los hogares, el que reside en los objetos preciados, es el que tiene un valor cultural equiparable al patrimonio monumental. Y queda, sobre todo, una red de colaboración entre universidad y sociedad que difícilmente se deshará.

El camino no ha sido sencillo: la carga emocional, el esfuerzo continuado y las dificultades técnicas han exigido mucho de todos los participantes. Pero también ha sido una experiencia transformadora que ha demostrado que el patrimonio cultural se defiende desde el conocimiento, la solidaridad y el compromiso colectivo.

Salvem les fotos UPV / Recuperar las memorias no es solo un proyecto de conservación, es un ejemplo de cómo la profesión de conservador-restaurador, la universidad pública y la sociedad civil pueden unirse para resistir al olvido, reconstruir narrativas y devolver a las personas aquello que creían perdido. Un año después, lo que se ha rescatado no son solo fotografías, sino también la confianza en que la cultura, la memoria y la resiliencia compartida pueden ser motores de futuro.

Figura 4. Salvem les fotos UPV/Recuperar las memorias